Es probable que para una gran mayoría, la provincia de Alicante les remita generalmente a imágenes soleadas de playas, palmeras y turistas, sin embargo, existen otros lugares en esta provincia que rompen con este estereotipo. Uno de ellos es Agres, pueblo de menos de 600 habitantes situado en la comarca del Comtat, dentro de la Sierra de Mariola, al norte de la provincia de Alicante y al sur de la valenciana. Estamos ante un pueblo de montaña, de nevados inviernos, de frondosa vegetación, rica fauna, donde el agua fluye a sus anchas, constituyendo esta una de sus señas de identidad. Aguas que corren por sus manantiales que hicieron que el hombre decidiera establecerse en estas tierras. Como es sabido allí donde había agua, el ser humano se establecía con facilidad, ya que podía satisfacer sus principales necesidades de beber, regar y lavar.
La población de Agres cuenta con múltiples fuentes que invitan a echar ese trago obligatorio e hidratante. Los nombres de sus fuentes resultan de lo más variado y esclarecedor: Font del Convent, Font de L’ Assut, del Moli, Fonteta, Font Barxeta, Font Raval, Font del Bonell. A estos surtidores se une el Lavadero que en otro tiempo tenía funciones de gran relevancia; por ser el lugar de lavado de la ropa, además de sitio de reunión y conversación de muchas personas. La citada construcción posee una estructura de arcos y pilas alargadas, con secciones separadas: ya sean para la ropa blanca, ropa de enfermos, etc. Hoy en día, los lugareños todavía hacen uso de este templo de la limpieza, para objetos de dificultoso lavado en la lavadora como: edredones o alfombras. Tanto en las fuentes como en el Lavadero resulta visible ese encanto que liga al unísono sencillez y buen gusto, cuyo principal culpable constituye el azulejo valenciano del siglo XVIII, tan presente en estas construcciones.
Deambulando por el pueblo, una parada merece la iglesia parroquial de san Miquel, aunque en apariencia modesta, cuenta con valiosos frescos en su interior y la particularidad de un campanario inacabado. Continuando por la localidad, vemos en sus calles los suelos pintados con singulares líneas, arabescos, combinaciones de colores y figuras que te transportan entretenidamente por las vías de un escarpado pueblo de bonitas casas que se han adaptado a los »caprichos» de la orografía. Porque Agres es cuesta y montaña, que te exige llevar calzado apropiado y poseer determinada condición física. Es indudable que estamos ante un paraíso para el senderista; dentro de un entorno natural excepcional, disfrutamos de preciosas y empinadas rutas que se encuentran bien señalizadas. En este sentido, pedimos al visitante calma y ganas de contemplar porque las vistas son hermosas, diría que incluso mágicas. Respira hondo, oirás pájaros y verás un frondoso bosque alicantino de arboleda variopinta: pinares, olivos, cipreses, frutales que te trasladan hasta el Santuario de la Mare de Deu que parece que hubiera brotado de la Sierra de Mariola, aunque en realidad no fuera así, sino que fue construido sobre los cimientos de un castillo árabe, del cual hoy solo se conserva su torre cuadrangular llamada Atalaya que en su tiempo cumplía funciones de vigilancia. Actualmente, el complejo consta de una ermita del siglo XV y un convento franciscano de estilo renacentista que son objeto de peregrinación durante todo el año, especialmente en septiembre durante las fiestas de la Mare de Deu de Agres. En nuestra travesía andante nos sorprenderán detalles arquitectónicos como mesas, sillas y pilas de piedra, todo ello dentro de ese ambiente boscoso del terreno. Continuando por nuestro sendero y ya casi a 1200 metros de altura nos toparemos con el casi indiscutible icono de la Sierra de Mariola, es decir: la Cava Gran. Estamos ante una edificación que servía de nevero, un lugar donde se almacenaba la nieve para convertirla después en bloques de hielo que se utilizaban con fines tanto de conservación, como medicinales, además de elaboración de los primeros helados, etc. En la Cava Gran podemos contemplar una obra singular, en su exterior de base hexagonal vemos seis aberturas o ventanas que se empleaban para arrojar la nieve. En su interior poseía una forma circular con el fin práctico de concentrar o prensar más la masa de nieve allí vertida. Lo más idiosincrásico y evocador a nivel estético resultan sus tres arcos que sostienen la bóveda, hoy en día desprovistos de las tejas y entramado de madera originales. Desde el punto de vista técnico destaca el hecho que fue construida sobre la misma roca y con los materiales excavados se construyó su muro aislante y protector. Tuvo uso hasta 1906, en la actualidad se encuentra restaurada y funciona como museo. Podremos acceder a sus 17 metros de profundidad a través de unas escaleras; por el interior veremos unos paneles informativos que nos permitirán estar al tanto de la importante labor que cumplían estas construcciones en otra época.
Si después de esta visita, nos quedasen fuerzas, podemos continuar hasta el Montcabrer, pico más alto de la Sierra de Mariola, 1390 metros. El esfuerzo, seguro que merecerá la pena, ya que las vistas que alcanzaremos a contemplar serán simplemente impresionantes.
Con todo ello, no debemos olvidarnos que desde el punto de vista culinario veremos igualmente cumplidas nuestras exigencias con un buen número de merenderos que nos ofrecen especialidades regionales como: la borreta, los pimientos rellenos conocidos como »bajoques farcides», los guisos de arroz, etc.
Para ir a Agres desde Alicante en coche necesitaremos aproximadamente una hora, la distancia es de unos 73 km. Para ello tomaremos la A-77 dirección Alcoy e iremos durante unos 56 km hasta la CV- 790 dirección Cocentaina, continuaremos por la N-340 dirección Muro/Agres, llegando hasta la rotonda de la Ctra. Valencia/CV-770 elegiremos la cuarta salida, después de 7 km ya estaremos en nuestro bonito y obligado destino.
Photo Santuario de la Mare de Deu d’Agres by Xubíu CC BY-SA 2.5