Seguro que más de uno de vosotros se habrá interesado por la historia de la música más allá de las fronteras que marcan el mundo occidental, e igualmente a muchos os gustaría conocer la apariencia que tenían los instrumentos de una época mucho anterior a la que nosotros tenemos noción. Si es así, os animamos a la lectura del presente artículo. En nuestro post referido a las cuevas de Canelobre ya hacíamos mención a la posibilidad de comprar un billete combinado con la visita al Museo de Música Étnica en Busot. En la exposición se muestra la rica e imponente colección de instrumentos de 150 países de cinco continentes perteneciente al reconocido musicólogo uruguayo Carlos Blanco Fadol. El museo nos realiza un recorrido en su viaje por diferentes rincones del mundo, nos trasladará a culturas prácticamentes desconocidas y todo bajo el nexo común de la música, obviando cualquier tipo de división territorial o política.
El presente museo fue inaugurado en agosto de 2015 y durante los primeros seis meses atrajo la atención de más de 14000 visitantes. La colección consta de unas 4000 piezas, fruto de la labor investigadora y científica de los precursores del museo. Sin lugar a dudas, no nos encontramos con un lugar que personifique el estereotipo de museo clásico. El mencionado espacio destaca por el cuidado del detalle, el ambiente que se respira y la gran calidad de las fotografías, todo ello unido al aire de modernidad que aportan las pantallas táctiles. La piezas expuestas se presentan divididas temáticamente, según su uso, tradición y procedencia. Entre las más sorprendentes, encontramos un singular y original instrumento llamado kissar, se trata de una especie de lira de procedencia africana que cuenta con el extraño elemento que constituye un cráneo femenino con tres dientes, ornamentado con unos cuernos y un mango hecho de bambú. Asimismo, contemplamos el Angklung, un instrumento tradicional de Indonesia, incluido en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, entre sus características se encuentra la posibilidad de interpretar cualquier pieza musical sin poseer un gran conocimiento musical previo. En él, un músico podría tocar solo un sonido o acorde, con lo que para la interpretación de una canción completa en ocasiones se precisaría de decenas de personas. Dentro de las posesiones del museo se encuentra un tambor de aproximadamente ciento cincuenta años procedente del Congo que era usado en las ceremonias de iniaciación y circuncisión. Otra de las perlas que podremos contemplar será una réplica del instrumento de percusión teponaztli, obsequio que recibió Hernán Cortés del emperador Moctezuma, o el tambor huehuetl con imágenes de las divinidades de la mitología azteca. En una de las vitrinas se nos ofrece la oportunidad de ver la evolución del violín desde el prototipo rabab, originario de Afganistán, pasando por la versión tunecina rebab, el rabel español o el rabé paraguayo. Asimismo, dignos de nuestra atención son dos instrumentos similares de cuerda, ambos hechos con piel de calabaza y procedentes de dos lugares lejanos del mundo entre sí. El chino jiaye-Quin que según los expertos posee un origen posterior en el tiempo y es una copia del originario de Gambia, bulumbata. De Asia, concretamente del Tibet, proviene el rkany-glinc, trompeta confeccionada con una tibia humana, que emplean los lamas para el inicio de la danza ritual cham. Como pieza más antigua localizamos una campanilla romana realizada en bronce, su origen data del siglo III antes de Cristo. Si por otra parte queremos atender al valor económico, debemos detener nuestra mirada en un tambor de oro de 24 quilates, de nombre oo-si y procedencia birmana. En la colección por supuesto que no faltan instrumentos encontrados en territorio español, así entre ellos veremos instrumentos de viento como la gaita gallega o la dulzaina valenciana.
Con toda seguridad que la visita al museo supondrá una delicia para los etnógrafos, y también para el visitante »de a pie», gracias a la visión no convencional de la música y el folclore tradicional que ofrece el museo. Nos ofrece la posibilidad de observar la evolución de diferentes culturas desde completamente otro punto de vista, mostrándonos la influencia que la música ha ejercido y ejerce en la visión del mundo.
Precios de las entradas:
- Adultos (a partir de 14 años): 2,50 euros
- Jubilados: 1,50 euros
- Estudiantes (portadores del carnet de estudiante o joven): 1,50 euros
- Grupos organizados (mínimo 20 personas): 1,50 euros
- Niños de 5 do 13 años: 1,50 euros
Precios de entradas combinadas: Museo de Música Étnica + Cuevas de Canelobre:
- Adultos (a partir de 14 años): 7 euros
- Grupos organizados (mínimo 20 personas), jubilados y estudiantes: 4,50 euros
- Niños de 5 a 14 años (en grupo o individualmente): 3,50 euros
- Niños menores de 5 años: entrada gratuita
HORARIO DE APERTURA :
Temporada de invierno, de 1 de septiembre a 30 de junio:
– Lunes: cerrado
– De martes a viernes: de 11:00 a 14:30 y de 15:30 a 18:00
– Sábados, domingos y festivos: de 11:00 a 14:30 y de 15:30 a 19:00
En Semana Santa:
– De 11 a 14:30 y de 15:30 a 19:00
Temporada de verano, de 1 de julio a 31 de agosto:
– Abierto todos los días de la semana de 11:00 a 14:30 y de 15:30 a 20:00